¡Hola a tod@s! Os traigo un truquillo que lo practica Lola
desde hace la tira de tiempo, y diréis: ¿Quién es Lola?, pues es mi madre. Ella cada vez que hierve verduras tales como lombarda, coliflor,
remolacha o nabo entre otros, coge un limón lo lava bien, lo corta por la
mitad, exprime el zumo de medio limón dentro del agua e introduce en la cazuela la
mitad del mismo, de esta forma conseguimos que las verduras no cambien de
color, es decir, la acidez del limón ayuda a preservar los flavonoides (menudo palabro),
que son unos compuestos que además de ser los responsables de la pigmentación de los vegetales son muy saludables. Esto
no funciona con las verduras verdes, cuyo color es responsabilidad de la
clorofila, pues si echamos limón lo único que conseguimos es que se ennegrezcan.
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